VIDA RURAL
• REFLEXIÓN.
En la actualidad, la producción de lo que comemos se hace en el campo.
¿Cómo se organizaba antes la producción agrícola?
¿Cómo eran las haciendas?
¿Quiénes trabajaban en las haciendas?
¿Había otra gente que trabajaba?
ACTIVIDADES DE DESARROLLO (CONCEPTUALIZACIÓN)
Terratenientes y campesinos
En los primeros años de la República, los grandes “señores de la tierra” dominaban a la gran mayoría de la población, integrada por campesinos. Había pequeños grupos sociales medios, que eran profesionales, comerciantes y medianos propietarios. Existían también artesanos, pequeños comerciantes y sirvientes.
Desde siglos anteriores, las comunidades indígenas fueron desalojadas de parte de sus tierras, mediante
la fuerza o ventas forzadas. Así, se concentró la tierra en manos de unas pocas familias. Hubo resistencia,
pero la acumulación se mantuvo. Las propiedades agrícolas, que se llamaban “haciendas”, eran los ejes
de la vida económica.
Las haciendas
Eran extensiones de tierra, a veces muy grandes, cultivadas solo en parte, con poca producción. Muchos indígenas y trabajadores estaban sometidos a las haciendas como peones. Las haciendas se destinaban a
la agricultura y al pastoreo.
Las de la Sierra producían granos, hortalizas y caña para hacer panela (dulce) y aguardiente; criaban vacas y ovejas con las que producían leche, lana y cueros.
Las haciendas de la Costa se dedicaban a cultivar tabaco, cacao y café.
Otros trabajadores
En las haciendas, especialmente en el sur de la Sierra, había campesinos que tenían relaciones
llamadas “precarias”, por las que los patrones disponían de trabajadores baratos y seguros.
En varios lugares de la Costa y en valles bajos de la Sierra se mantenía la esclavitud de los negros.
En ambas regiones había pequeños y medianos propietarios agrícolas mestizos, mulatos y negros
libres que producían para el mercado interno.
Los artesanos
Los artesanos estaban organizados. Tenían gran influencia en la vida social y política local.
Los gremios artesanales agrupaban a los maestros para labores de enseñanza de los oficios, representación ante las autoridades y organización de actos religiosos.
Los trabajadores o “peones” vivían en las haciendas con sus familias. Se “concertaban” (comprometían) con los dueños, los “patrones”, para el trabajo. Por eso se llamaban “conciertos”. Tenían un salario, pero nunca lo recibían, porque estaban endeudados con los patrones. Los peones pedían adelantos en dinero al patrón para poder pagar impuestos y compromisos religiosos, como bautizos, matrimonios, entierros y otros.
La relación entre peones y patrones era libre solo en teoría. En realidad era una forma de trabajo obligatorio, ya que el patrón podía encarcelar al peón para que pagara la deuda. A veces, los peones recibían del hacendado una porción de tierra, el “huasipungo”, que lo trabajaban con su familia. Por ello se llamaban “huasipungueros”.
Las deudas no terminaban ni con la muerte del peón concierto.
Pasaban a su viuda y a sus hijos.
TAREA
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