miércoles, 4 de agosto de 2021

EESS 9NO S13

 El mundo en el siglo XIX, el Imperialismo


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REFLEXIÓN.

¿Cómo definirías al imperialismo? ¿Qué características tiene?

¿Por qué crees que James Monroe, quinto presidente de EE. UU., pronunció la frase “América para los americanos”?


ACTIVIDADES DE DESARROLLO (CONCEPTUALIZACIÓN)

Al estudiar la antigüedad se habla de los imperios –el Imperio romano, por ejemplo–. Luego, hablamos del surgimiento del Imperio español tras la conquista de América y de otros imperios como el británico o el portugués. A fines del siglo XIX vuelve a aparecer esta palabra pero con un nuevo significado, pues los historiadores identifican al período de 1871 a 1914 como la Era del Imperialismo. En el bloque anterior vimos la lucha por la posesión directa del territorio mundial que se dio en el siglo XIX. A veces se confunde ese fenómeno con el imperialismo, pero en realidad fue el preludio del imperialismo el que realmente comenzó como resultado del hecho de que la división del mundo estaba ya completa.

Definición y características del imperialismo.



El imperialismo es una etapa especial del desarrollo del capitalismo. Hay una frase de Vladimir Lenin, líder comunista ruso, que es citada por los historiadores, sean de izquierda o no: “Si es necesario dar la definición más breve del imperialismo deberemos decir que imperialismo es la etapa monopólica del capitalismo”. Las cinco características principales de esta etapa mencionadas por Lenin, que en 1916 escribió el libro El imperialismo, etapa superior del capitalismo, para tratar de explicar lo que acontecía, son: 

• El rol decisivo de los monopolios. • La mezcla del capital industrial y financiero. • El predominio de la exportación de capitales sobre la exportación de productos. • La división del mercado mundial entre monopolios capitalistas en competencia mutua. • Culminación de la división territorial del mundo. Para ahorrarse costos, mejorar la tecnología y enfrentar la competencia, diferentes empresas pequeñas formaron conglomerados medianos, los que a su vez absorbieron otros conglomerados y empresas para constituir grandes corporaciones. La lógica del proceso condujo a estas a formar “carteles”, es decir, arreglos para controlar precios y mercados sin hacerse daño. Esta es la característica del monopolio: pocas empresas que se reparten el mercado, absorben (o destruyen) a las empresas que estén en su camino, sea en su territorio o en países extranjeros. De allí en adelante, las multinacionales (empresas que actúan en muchos países) han jugado un papel cada vez más decisivo en la economía mundial, hasta ostentar el rol determinante que tienen ahora. Todo este proceso estuvo unido al surgimiento de las compañías anónimas, aquellas en que su capital está dividido en acciones que pueden estar en manos de un grupo reducido o venderse públicamente a quien desee invertir (para lo que existen las bolsas de valores), y al crecimiento de los grandes bancos de depósito e inversión. Con estos mecanismos, las inversiones en el exterior se cuadruplicaron.



Del neocolonialismo al militarismo

Las corporaciones dejaron claro a sus gobiernos que si tenía que haber comercio e inversión fuera de Europa, entonces también era necesario que hubiera un sistema político y legal para protegerlo. Lo mismo sucedió con EE. UU. y más tarde con Japón. Ya vimos que en África y partes de Asia, en el siglo XIX, se impuso el control colonial directo. Como no podía ser de otra manera, esta agresiva política, llamada neocolonialismo, fue una constante fuente de conflictos, innumerables choques y guerras, de mayor o menor monta,  que mantuvieron ocupados a los contendientes, en un frenesí por más tierras y más súbditos. La consecuencia fue el crecimiento del armamentismo, cuya fabricación alimentó la expansión industrial, situación que dio lugar a un círculo vicioso: guerra-producción industrial-crisis-guerra. Este proceso adquirió trágica nitidez en el siglo XX, con las dos guerras mundiales.

El intervencionismo en América Latina

En América Latina, por el contrario, había ya un sistema legal que era suficientemente estable para que prosiguiera la inversión y el comercio. La intervención abierta de Gran Bretaña fue pocas veces necesaria; fue lo que se llamó “la diplomacia de las cañoneras”, es decir, el envío de algunos barcos para bloquear el principal puerto y obligar a que las cosas se hicieran en beneficio de los inversionistas o comerciantes británicos (ocurrió en Buenos Aires en 1808, en Nicaragua en 1841, 1848, a lo largo de la década de 1850 y, de nuevo, en 1874). Con más frecuencia fue suficiente ejercer presión diplomática o facilitar armas y financiamiento a sus aliados, como en las guerras del Paraguay o del Pacífico. Lo mismo hizo EE. UU.: financiamiento, armas y “diplomacia de las cañoneras”, sobre todo conforme crecía su flota. Varias veces hizo presencia en los puertos de América Latina para presionar en favor de sus intereses (ver línea de tiempo arriba).



“América para los americanos”

James Monroe, quinto presidente de EE. UU. (1817-1825), proclamó en 1823 la tesis de que las potencias europeas ya no debían colonizar las Américas o interferir con los asuntos de las naciones soberanas localizadas en esta región. A cambio, EE. UU. planeaba permanecer neutral en las guerras entre potencias europeas y en guerras entre una potencia europea y sus colonias. Sin embargo, si estas guerras posteriores ocurrieran en las Américas, EE. UU. vería tal acción como hostil contra él. Este famoso estatuto es conocido como la Doctrina Monroe, que se resumía en la frase “América para los americanos”, lo que podría traducirse, como en efecto sucedió, en “América para los estadounidenses”. Fue, hasta cierto punto, una declaración anticipada de que EE. UU. se convertiría a lo largo del siglo XIX en la potencia hegemónica en el continente y desplazaría a Gran Bretaña. Combinada con la tesis del Destino Manifiesto, fue la justificación perfecta para la expansión territorial y la hegemonía política.

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

 

James Monroe, quinto presidente de EE. UU. (1817-1825), proclamó en 1823 la tesis denominada:

A.   América para los Estados Unidos

B.   América para todos.

C.   América para los Americanos

 

En el imperialismo existe 4 componentes especifico, ¿Cuáles son?

A.   política, religioso y social.

B.   militar, demográfico, político y económico

C.   económicos, políticos, demográficos y ideológicos

 

 

 

¿En qué siglo aproximadamente surge el imperialismo o etapa monopólica del capitalismo?

A.   XV

B.   XIX

C.   X

D.   XVIII

Las características del imperialismo son:

A.   El rol decisivo de los emigrantes.

B.   La división del mercado mundial entre monopolios capitalistas en competencia mutua

C.   Culminación de las guerras entre del mundo.

 

Fue un sistema político y económico que surgió por la necesidad de las potencias mundiales de controlar nuevos territorios para invertir capitales en ellos, tener mercados más amplios en los que posicionar su excedente productivo, generado por la Revolución industrial, y ubicar el exceso población.

 

A.   Monopolios

B.   Capitalismo

C.   Militarismo

D.     Imperialismo.

¿En qué continente dio sus inicios el imperialismo moderno?

 

A.   África

B.   Asia

C.   España

D.   Europa

El imperialismo quería ejercer :

A.   El poder social del país dominado

B.   El poder político del país dominado.

C.   El poder económico del país dominado

 

Una de las causas del imperialismo de Estados Unidos del mundo

A.   La democracia y la libertad

B.   La igualdad y los derechos

C.   Necesidad de buscar mercados y materias primas

El imperialismo maneja ciertos asuntos en especifico, ¿Cuáles son?

 

A.   política, religión y social

B.   ganadería, militar y económica

C.   económica,social y militar.


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