TEMA: Agitación y Dictaduras
• REFLEXIÓN.
¿Sabías que por varias décadas la mayoría de
los países de América Latina estaba gobernada por militares?
¿Crees que es función de los jefes militares
gobernar los países sin que la ciudadanía los haya elegido?
ACTIVIDADES DE DESARROLLO (CONCEPTUALIZACIÓN)
Inicios
de los años sesenta
En 1960 triunfó arrolladoramente José María Velasco Ibarra quien invocó el sentimiento antiimperialista y los deseos de cambio de la gente, pero gobernó con la oligarquía y devaluó la moneda. Fue depuesto en 1961 y le sucedió el vicepresidente Carlos Julio Arosemena. El gobierno de Arosemena (1961-1963) afrontó conflictos sociales y una campaña anticomunista en la que el clero se alió a la política extremista norteamericana. Luego de meses de tensión, los militares depusieron al presidente.
La
Junta Militar
La dictadura, que se llamó Junta Militar
de Gobierno (1963-1966), actuó bajo la influencia de las políticas
antiguerrilleras norteamericanas. Fue marcadamente anticomunista, como reacción
al “peligro cubano”, e impulsó una modernización para readecuar al país, y
especialmente sus sectores tradicionales, a las nuevas condiciones del
desarrollo capitalista.
Emitió la Ley de Reforma Agraria, impulsó
la planificación y fomentó el crecimiento de una burocracia de técnicos
modernizantes. Cuando se enfrentó al poder económico, con una reforma de
impuestos al comercio exterior, la oligarquía se juntó a la protesta social. Se
agudizó la represión. La Universidad Central fue invadida por los militares. La
dictadura cayó en 1966.
Nacionalismo
revolucionario
Las Fuerzas Armadas tomaron una vez más el poder como institución, y designaron presidente, o sea dictador –ya que no respondía a la Constitución– al general Guillermo Rodríguez Lara. El “Gobierno Nacionalista y Revolucionario de las Fuerzas Armadas” comenzó en 1972 en el momento en que empezaba el mayor auge económico de la historia. La exportación petrolera del Ecuador se inició en una coyuntura internacional de elevación sostenida de los precios de los hidrocarburos. Eso dio al gobierno recursos que nunca antes había manejado, y que fueron dedicados, a veces en forma superflua o mal planificada, a la construcción de numerosas obras públicas, al robustecimiento y modernización del Estado y el aparato productivo. El gobierno tuvo iniciativas progresistas, defendió la soberanía del país sobre sus recursos naturales e impulsó el control estatal de la explotación y comercialización petrolera. Ecuador ingresó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La transición Rodríguez Lara fue reemplazado por un Consejo Supremo de Gobierno formado por los comandantes de las Fuerzas Armadas. El nuevo gobierno limitó las políticas progresistas. Se agravó la situación económica, los precios subieron y se congelaron las remuneraciones. El régimen ejecutó actos de represión, como el que devino en la masacre de los obreros del ingenio AZTRA en 1977. Para conseguir recursos, el gobierno contrajo agresivamente deudas externas que pesaron en la economía nacional de años subsiguientes. El Consejo Supremo estableció un “Plan de Reestructuración Jurídica” para volver al régimen legal, y sometió dos proyectos de Constitución a referéndum. Uno de ellos ganó y entró en vigencia en 1979. En las elecciones de 1978 y 1979 triunfó sorpresivamente el binomio Jaime Roldós Osvaldo Hurtado. Así se inició una nueva etapa histórica.
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