Reflexionar acerca del pensamiento.
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Reflexión:
Aunque la filosofía supuso
una pretensión de superación del mito, el estudio de Dios está excluido de de
ella?
¿Si la filosofía intenta
explicar las causas de la realidad a partir de ella misma, se puede filosofar
creyendo en Dios, que sería una causa trascendente?
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Actividades de desarrollo
Si por un lado el
misticismo oriental y el escepticismo influyeron en el desarrollo de un
sincretismo filosófico en la Antigüedad, por otro lado el neoplatonismo,
resultado de ese período, influyó notablemente en los intentos de comprensión
racional y transmisión del cristianismo, que trató de refutar la filosofía
griega clásica, en especial aquella que fuese en contra de creencias como la
inmortalidad del alma.
Pero como las
discrepancias fueron inevitables, dentro del cristianismo empezó a surgir una
corriente de pensamiento que se desarrolló en dos períodos:
• Patrística: Se desarrolló con los inicios del
cristianismo gracias a los padres de la Iglesia. Se extiende, en Occidente,
hasta el año 536 con Isidoro de Sevilla, y en Oriente, hasta el 749 con Juan
Damasceno.
• Escolástica: Es propiamente dicha la filosofía desarrollada durante
la Edad Media. Comienza en el siglo IX y perdura hasta alrededor del siglo XVI.
Dentro de este período hay que destacar las corrientes árabe y judía.
Los apologistas La
filosofía de los padres de la Iglesia se designa generalmente con el nombre de
patrística, nombre que proviene del latín patres, que significa ‘padres’.
Fue un pensamiento
que se desarrolló para elaborar dogmas cristianos que se mantuvieran
cohesionados y los defendieran (apología) de la filosofía griega (que los
cristianos consideraban pagana y herética).
A pesar de la
aparente incompatibilidad de las creencias cristianas con la filosofía griega,
esta fue utilizada como herramienta para la formulación de la doctrina
cristiana. Así, desde la patrística, y en especial con el desarrollo de la
escolástica, la filosofía quedará supeditada, como una sierva, a la teología,
cuando no se ha confundido con esta.
Los padres apologistas
Los padres
apologistas fueron los que se dedicaron a defender al naciente cristianismo de
las ideas griegas y judías. Entre los padres apologistas se pueden mencionar a
Justino (fallecido en el 165), Ireneo (fallecido en el 202) y Tertuliano (150 –
225).
Esta primera
patrística preparó los presupuestos para la gran síntesis de pensamiento
cristiano, la cual debe comprenderse desde sus bases platónicas: la de Agustín
de Hipona.
Agustín de Hipona
Aurelio Agustín nació en Tagaste de Numidia en
el año 354, en África romana. En su juventud llevó una vida desordenada. En el
373 leyó la obra Hortensius, de Cicerón, donde se habla del amor a la
sabiduría.
En su deseo por
encontrar la verdad se adhirió primero a la secta de los maniqueos para luego
inclinarse al escepticismo. En el 384, mientras desempeña la cátedra de
Retórica, en Milán siguió las enseñanzas del obispo Ambrosio.
Su primer encuentro
con la metafísica lo realiza leyendo las Enéadas de Plotino, donde se insiste
en la necesidad de la purificación. Así, Agustín trata de purificar sus
costumbres, pero sus pasiones son tenaces. Por ese tiempo lee sobre la
necesidad de la gracia divina en las cartas de Pablo (Nuevo Testamento).
Se convierte al
cristianismo, es ordenado sacerdote y en el 395 es consagrado obispo de Hipona
(África). Falleció en el año 430.
Entre las obras más
importantes de Agustín se encuentran las Confesiones, donde presenta su
filosofía de la interioridad; La ciudad de Dios, donde estudia la filosofía y
la teología de la historia y cuyas ideas influirán en el pensamiento político
posterior.
La filosofía y su método
El origen del
filosofar parte del deseo de felicidad. El hombre anhela, no tanto una verdad
teórica, cuanto una verdad que salve. La verdadera felicidad se encuentra en la
unión con Dios por el conocimiento y el amor.
La filosofía se
mueve en el ámbito de la religión
cristiana, que es la que da la verdadera felicidad. Para ello, Agustín
establece una franca colaboración entre la razón y la fe: la filosofía es una
profundización y fundamentación racional de la visión cristiana entendida en su
sentido más amplio.
Para poder
reflexionar hay que impedir a todo trance disiparse exteriormente. Solo en el
interior de la propia persona se encuentra la verdad. Agustín afirma el primado
de la interioridad. Su esfuerzo filosófico trata de esclarecer el problema de
Dios y del alma. Parte del estudio del interior del hombre para conocer toda la
realidad.
Dios
Para Agustín, la
existencia de Dios es tan clara, que basta una sencilla reflexión para
percatarse de ella. Llega a un Dios vivo y personal porque tiene como punto de
partida el alma humana viviente. El argumento de las verdades eternas para el
descubrimiento de Dios es de pura inspiración platónica: encontramos en nuestra
inteligencia verdades necesarias inmutables, eternas como el principio de
identidad, los axiomas matemáticos, etc. Pero estas certezas que se encuentran
en nuestra mente solo se pueden comprender en su plenitud, porque realmente
existe un ser necesario, inmutable y eterno, que llamamos Dios. El principio
fundamental de este argumento, con claro influjo platónico, se lo puede
sintetizar diciendo que una mayor comprensión de las ideas que no cambian exige
la existencia de un ser que no cambie.
Agustín comprende
que a Dios se lo conoce mejor callando que tratando de explicarlo, no se lo
puede conocer en sus detalles: es incomprensible e inefable. Sin embargo,
Agustín hace algunas afirmaciones positivas de Dios, sobre todo respecto a su
inmutabilidad y a su bondad.
Antropología
Siguiendo la teoría
platónica, Agustín concibe al ser humano compuesto de alma y cuerpo. Ambos son
esenciales para el hombre, pero el alma tiene preeminencia sobre el cuerpo, ya
que lo gobierna.
El alma es una
sustancia espiritual e inmortal, que conoce y quiere, ejecutando actos no
materiales. Agustín descubre en el alma humana una huella de la Trinidad de
Dios; en efecto, tiene memoria, inteligencia y voluntad, tres facultades que no
anulan la unidad del alma.
Sin embargo, Agustín
no acaba de tomar una posición respecto al origen del alma humana. Está entre
el creacionismo (el alma es creada por
Dios en el momento de la concepción) y el traducianismo (el alma es transmitida
por los padres, al igual que el cuerpo).
La libertad humana
Dios es el último
principio de la moralidad, que no anula la libertad humana. El actuar moral del
hombre se centra en la voluntad o amor. En la voluntad humana están inscritas
las leyes del bien; el corazón tiende
hacia el bien. Pero es necesario amar rectamente. Agustín contrapone el
«gozar» al «usar».
Dios es el bien
supremo que el corazón humano busca para «gozar». Se trata de un amor que no es
ciego, sino que incluye elementos de conocimiento.
Si el amor recto es
el centro de la vida ética, llevará entonces a la felicidad. Si la vida humana
es amor y anhelo, su plenitud será un estado de reposo y un goce de la
felicidad, habrá llegado a la meta en su fin personal, que es Dios.
La historia
Agustín es el
primero que estudia la historia universal a la luz de la fe cristiana. Expone
su pensamiento en la obra La ciudad de Dios, que presenta una filosofía y una
teología de la historia.
Su concepción social
se resume en la lucha de dos ciudades o reinos que coexisten mezclados en la
historia: la «ciudad de Dios» y la »ciudad terrena». Algunos identifican a
estas con la Iglesia y el Estado, respectivamente.
La «ciudad
terrestre» está identificada con las estructuras humanas, volcadas al goce de
los bienes de la Tierra y no a su uso para el fin más alto, que es Dios.
En cambio, la
«ciudad de Dios» consta de hombres que entran en el eterno orden de Dios. No se
sumergen en las cosas exteriores para gozarlas, sino que viven un orden
profundo en Dios y de Dios. Detrás de estas dos ciudades se esconde el sentido
de la historia del mundo. Agustín hace ver cómo el bien y el mal están en lucha
constante, pero al final el triunfo será de la «ciudad de Dios».
ACTIVIDAD DE APLICACIÓN:
1) Investiga el concepto de
teología.
2) Responde: ¿Qué relación
existe entre la teología y la filosofía patrística?
3) Compara las filosofías de
Platón y Agustín de Hipona y escribe una lista con los elementos comunes a
ambas.