Tema: Limitaciones de la democracia deliberativa: falta de información al público
“La diferencia entre
una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar
antes de obedecer las órdenes”. Charles Bukowski
Observar
el siguiente video:
¿Cuál es la importancia de disponer de información
sobre un tema, al abrir espacios de diálogo?
Desequilibrio cognitivo
¿Cómo se podrían generar procesos
colectivos de aprendizaje, para que el pueblo decida de forma informada?
Actividades de desarrollo
·
Creación de debates donde analicen la
importancia de reconocer el derecho ciudadano de exigir la revocatoria del
mandato de los gobernantes.
·
Realización
de un foro de discusión y análisis acerca de la importancia de ampliar la
participación de los grupos excluidos en los actos de participación política y
que sus representantes sean quienes lleguen al poder.
Jürgen
Habermas (Alemania, 1929) es el filósofo que concibe a la democracia
deliberativa y plantea que un sistema político es legítimo no solo porque la
población lo cree, sino cuando tiene argumentos de respaldo a ese sistema, lo
que supone superar la actitud pasiva de los ciudadanos a través de su
participación en actos públicos de deliberación, diálogo y debate, donde se
procura llegar a consensos (Habermas, 1991).
Este
autor asigna un poder central al pueblo, como actor fundamental para el
sostenimiento de un proceso político, en oposición a otros pensadores como
Luhmann (Alemania, 1927-1998), quien piensa que el gobierno y la burocracia
deben intervenir en todos los temas, por tener conocimientos científicos y
técnicos que no tiene la población y que, al someter ciertos temas a la
discusión de la población, solo se retrasaría la toma de decisiones (Luhmann,
1996). Habermas cuestiona esto y plantea que un grupo pequeño no puede decidir
por la mayoría, pues es la participación ciudadana en actos deliberativos lo
que legitima las decisiones.
La ventaja de la
teoría de Habermas es que aporta a la democracia directa expresada en el voto,
porque promueve la libre y racional discusión de los asuntos públicos por la
comunidad; es decir, favorece la expresión social. Entonces, se habla de una
democracia de deliberación y toma de decisiones, donde se privilegian la
argumentación, el intercambio de informaciones, la crítica y la propuesta de
los participantes.
El
objetivo de la deliberación es llegar a acuerdos. Cualquier tema puede ser
debatido y consensuado por la comunidad, pero para Habermas, la deliberación
debe relacionarse principalmente con lo social y no solo con lo político,
jurídico o económico.
Las sociedades son diversas y hay grupos que
defienden sus intereses y que en el acto deliberativo tratarán de imponer sus
criterios; entonces, la deliberación no es la armonización de intereses
particulares, sino la construcción de intereses comunes que permitan alcanzar
consensos legítimos.
El objetivo de la deliberación es lograr una
participación amplia, permanente, diversa e institucionalizada, para que todos
los sectores sociales expresen sus necesidades o intereses (Elster, 2001).
El resultado de procesos participativos en
actos deliberativos es que la población encuentre soluciones que puede adoptar
o sugerir a las autoridades. Así se fortalece la autonomía, autorrealización y
autogobierno del pueblo, democratizando los procesos de toma de decisiones
públicas.
La importancia del acceso a la información.
Para lograr una democracia así, el acceso a la deliberación debe ser
equitativo, sin ninguna discriminación ni coerción, pero especialmente debe ser
un acceso informado. Es necesario que los ciudadanos manejen información sobre
temas de interés común: la protección del ambiente, la paz, los derechos de las
minorías, etc. De esta manera, la población supera sus intereses particulares y
apuesta por intereses colectivos, ejerciendo una ciudadanía amplia,
disminuyendo las desigualdades, reconociendo el pluralismo social y cultural
(Castells, 2005).
La falta de acceso a la información genera el
desinterés de la población de participar, produce una cultura de pasividad,
apatía, sumisión, desvalorización personal y colectiva, y un desconocimiento
del poder popular.
Los espacios de deliberación son las
asambleas populares, foros, reuniones sociales o comunitarias, talleres o
cursos y otros.
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