Los países y las migraciones
• Observar video:
• REFLEXIÓN.
Qué razones motivan al ser humano para trasladarse de un lugar a otro, con familia o solos, tanto en la antigüedad como en la época actual?
Las oleadas migratorias han sucedido desde el principio de la humanidad. ¿Qué diferencias existen entre aquellas del pasado con las que se siguen realizando en el presente?
ACTIVIDADES DE DESARROLLO (CONCEPTUALIZACIÓN)
Países
de origen, tránsito y destino
Respecto a las migraciones, la clasificación establecida es muy sencilla: un país de origen es aquel de donde salen las personas; un país de destino es aquel a donde llegan para convertirlo en su nuevo lugar de vida; y un país de tránsito es aquel por donde pasan quienes migran, pero en forma temporal, como escala hasta llegar al destino.
Internacionalmente, algunos son sobre todo países de origen, pues hay una salida intensa de personas. Los países más pequeños presentan mayores tasas de salida, de más del 40%. Sabemos que 48 países con 1,5 millones de habitantes tienen una tasa promedio del 18,4% de emigrantes.
Por otra parte, la mayoría de los países de origen son poco desarrollados. Los países de destino, por lo general, tienen mayor nivel de desarrollo respecto a los de origen. Las tres cuartas partes de los flujos migratorios presentan este patrón. Recordemos que la mayor parte de movimientos se dan dentro de las regiones. Para las emigraciones latinoamericanas, EE. UU. y España, Italia, Inglaterra, Brasil, Argentina y Chile son los principales países de destino. México y los países centroamericanos son países de tránsito importantes, pues están en el trayecto hacia EE. UU. La situación de los países puede cambiar. Por ejemplo, España hace 70 años era un país de origen de fuertes migraciones. Ahora la tendencia se ha revertido. Lo mismo pasa con Italia, de donde salieron grandes cantidades de personas a América, y ahora es un país de destino.
El caso del Ecuador
Aunque parezca extraño, el Ecuador es, al mismo tiempo, país de origen, de destino, de tránsito y de retorno; también experimenta fuertes procesos de migración interna y situaciones de desplazamiento forzado. Aproximadamente tres millones de compatriotas viven en otros países. Pero, a la vez, habría al menos unas 800.000 personas de otras nacionalidades, principalmente de Colombia, Perú y Venezuela.
Asimismo, Ecuador cada vez es más un país de tránsito y, en este último tiempo, es un país de retorno por la crisis en los países de destino. Mucha información, aspiraciones y posibilidades concretas entran en juego en el momento de tomar la decisión de dejar la residencia habitual e ir a otro lugar. La decisión es un proceso, no es una simple declaración: “me voy a España” o “nos vamos a Guayaquil”. Es un asunto complejo. Cuando la idea va concretándose, se dan indagaciones más específicas sobre exactamente dónde ir; los requisitos y trámites necesarios; con quiénes se cuenta aquí y allá como apoyo; cuánto dinero se necesita, etc. Luego vienen las acciones concretas: los contactos, el papeleo, los préstamos, las fechas, los arreglos con la familia y amistades.
El dinero siempre es un problema, pero la mayor dificultad que ahora afrontan los migrantes, especialmente en el Primer Mundo, es la obtención de una visa para viajar al país de destino. Es extremadamente difícil conseguir una visa para trabajo. Por eso, la mayoría opta por una visa de turismo para unos pocos meses o semanas, y luego se quedan en forma ilegal o “sin papeles”, como se dice vulgarmente. Los países de Norteamérica y Europa han ido dificultando cada vez más la obtención de visas. Los interesados pasan años intentando conseguirlas. Cuando no les es posible, eligen a veces el camino irregular y se embarcan en los riesgos de viajar clandestinamente a través de los llamados “coyoteros”. Estas son personas que cobran dinero por introducir migrantes en los países que dificultan la entrada legal. En estos casos, ocurren con frecuencia estafas y hasta la muerte de quienes quedan sin defensas en manos de los coyoteros, de empresarios que les hacen trabajar en condiciones infrahumanas.
El “coyoterismo” es un delito. En todo caso, la decisión de migrar no es exclusivamente individual. Es fruto de una relación entre la persona o grupo de personas, su entorno inmediato y el entorno social en que viven.
En Ecuador debemos desarrollar una actitud madura y solidaria sobre las migraciones. Está bien que protestemos por el maltrato y las actitudes racistas en contra de nuestros compatriotas en el exterior. Pero también debemos aprender a tratar bien a personas colombianas y peruanas que vienen a nuestro país. Más aún cuando tenemos una Constitución que consagra que ninguna persona es ilegal, que prohíbe la discriminación por nacionalidad y condición migratoria, que propicia la ciudadanía universal y la integración andina y latinoamericana.
Las políticas migratorias
Los Estados tienen dos ámbitos de responsabilidades: el primero, sobre el cumplimiento de los derechos de las personas que habitan en el país, que también se extiende al ámbito internacional; el segundo tiene que ver con la seguridad del Estado.
Estos dos campos entran a veces en contradicción y, por lo general, el segundo se impone. En nombre de la seguridad nacional se atropellan derechos de las personas. Pero los Estados existen para garantizar los derechos de las personas.
Eso se ha establecido prácticamente en todas las constituciones del mundo, pero no se cumple. En el tema migratorio, los Estados tienen muchas dificultades para cumplir con los derechos de las personas que están en situación de movilidad.
En esta época globalizada, prima el criterio de selectividad. Los gobiernos, especialmente de los países desarrollados, ponen requisitos que facilitan el ingreso a unas personas y restringen severamente a otras. Son políticas discriminatorias.
Es frecuente que se ofrezca mayor protección a los nacionales que van a otros países, que a las personas de otras nacionalidades que se asientan en sus territorios.
Derechos
humanos y migraciones.
Los derechos humanos son principios y normas que buscan el respeto de la dignidad de las personas y protegerlas de los abusos de poder.
En la Declaración Universal de Derechos Humanos, que es ley para todos los países, constan varios artículos relacionados con la movilidad. Se establece que toda persona tiene derechos, sin distinción alguna, como sería el origen nacional o lugar de nacimiento (art. 2), a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado (art. 13); al asilo (art. 14); a tener nacionalidad y cambiarla (art. 15); a un orden internacional donde los derechos se cumplan efectivamente (art. 28).
La
Convención de los Derechos de los Trabajadores
Migratorios y sus Familiares contiene un grupo de derechos independientemente de la condición migratoria, esto es, de si la persona está en situación regular o irregular. En otras declaraciones sobre derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes, también se consagran derechos que protegen a las personas en movilidad.
ACTIVIDAD
DE APLICACIÓN
¿Qué razones motivan al ser humano para trasladarse de un lugar a otro, con familia o solos, tanto en la antigüedad como en la época actual?
Las oleadas migratorias han sucedido desde el principio de la humanidad.
¿Qué diferencias existen entre aquellas del pasado con las que se siguen realizando en el presente?
Si tuvieras que ir a vivir a otro país, ¿Qué echarías de menos?
• Escribe una o todas de las siguientes opciones y explica por
qué.
·
Comida
·
Costumbres
Relaciones personales
No hay comentarios:
Publicar un comentario