domingo, 3 de octubre de 2021

FILOSOFÍA 2DO S21

 


 


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-              Debate con los estudiantes.

-          ¿Podemos llegar a la verdad?

-          • ¿Lo que llamamos verdad será acaso una mera  ilusión?

-          • ¿Podemos alcanzar certezas?

-          • ¿Existen verdades absolutas?

 


La Verdad

3.1. Concepciones sobre la verdad

Podemos definir a la verdad como la adecuación de la realidad conocida en la conciencia cognoscente. La verdad sería entonces la unificación entre la realidad, tal como es, y la idea que el sujeto se forma a raíz de la percepción. Dependiendo del énfasis que se haga hacia el sujeto o hacia el objeto, podemos identificar distintos modos de concebir la verdad, siendo los básicos:

• Correspondencia

• Interpretación

• Juego de poder

La verdad fue entendida por los antiguos griegos como aletheia que puede traducirse como la sinceridad de lo que percibimos como real, aunque literalmente significa algo como ‘evidencia’.

Fue Martin Heidegger quien introdujo una nueva interpretación de la aletheia como un ‘averiguación’ o intento de comprender la verdad. De acuerdo con este segundo sentido, buscamos con afán la verdad porque la necesitamos para nuestra propia subsistencia, y no viene a nosotros como algo dado o regalado, sino que debemos buscarlo, debemos elucubrar, investigar, indagar, para incrementar nuestro conocimiento.

Verdad y opinión

A pesar de que hoy día el conocimiento es un concepto unívoco, en su diálogo La República, Platón plantea su teoría del conocimiento más elaborada en la que distingue dos tipos de conocimientos según su perfección:



Doxa: Es el conocimiento imperfecto. Podría traducirse como ‘opinión’.

Episteme: Es el conocimiento perfecto, que resulta del recuerdo de las ideas innatas.

Esta definición es afín a la aletheia.

Para el filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955), la verdad es una necesidad intrínseca, ineludible, natural en el ser humano, puesto que sin la verdad el error nos llevaría inexorablemente al fracaso, y el fracaso a la muerte, de allí que la verdad sea una necesidad vital para el ser humano. El ser humano puede definirse como el ser que necesita absolutamente de la verdad, pues sin la verdad quedaría a la deriva, extraviado en los laberintos del error y la mentira, así, la verdad le otorga la dirección a seguir para no morir, y afirmar su conocimiento para su supervivencia.

 

3.2. La verdad como correspondencia

Una de las definiciones de la verdad es que es la correspondencia entre lo que pensamos y la realidad. Así, cualquier juicio, proposición, o razonamiento que se ajuste a los hechos concretos será verdadero. De acuerdo con este criterio, la verdad es la coincidencia de los hechos con el pensamiento si vemos que los hechos son como fotografiados por la mente para que se dé el conocimiento.

Si hablamos de congruencia de la verdad con los hechos, quiere decir que hay una adecuación de los hechos con el pensamiento de acuerdo a cómo se va formando el sujeto, como se va estructurando para que logre aprehender los hechos.

El sujeto se ha ido construyendo socialmente para que logre la correspondencia con los hechos, la realidad en sí.



Aristóteles

Para Aristóteles, la verdad no es una característica de la realidad, sino una propiedad de lo que decimos, aseveramos y enunciamos. La verdad sería una  representación mental, una descripción exacta de la realidad, pensamiento que describe tal como son los hechos; por lo tanto, sin los hechos no existiría la verdad, pues no se daría ninguna correspondencia.

Captar los hechos es interiorizar y entender la realidad, la correspondencia entre los acontecimientos y los pensamientos.

 

La verdad como interpretación

Otra postura considera como interpretación, individual o colectiva, de la realidad que nos circunda, ya que, como seres creadores e intérpretes de nuestra propia vida, vamos construyendo el sentido de esta.

Esta concepción toma en cuenta la necesidad de situarse en el mundo, de interpretar los mensajes que captamos de la realidad, siendo la individualidad o la particularidad el horizonte de comprensión.

Por eso, nosotros mismos construimos los significados y símbolos que nos proporciona la realidad, representaciones, códigos en búsqueda de sentido que al final no duran para siempre y siempre están en renovación.

Así toda verdad resulta provisional porque lo que fue verdad ayer, hoy es una mentira, y lo que es verdad hoy, quizá mañana será una mentira. Y así cada sociedad ha interpretado su situación concreta de existencia, y cada persona ha observado e interpretado la realidad de acuerdo con su perspectiva y punto de vista, condicionado por su devenir histórico y cultural.

La verdad no es una correspondencia entre los hechos y la consciencia, sino una metáfora que debe ser interpretada.

Según Nietzsche (1844 - 1900) interpretamos la realidad y creamos ficciones, metáforas que llamamos conceptos y que luego les atribuimos una correspondencia objetiva, cuando son solo perspectivas, puntos de vista, es decir, interpretaciones del mundo con un carácter relativo, finito, cambiante e histórico a las que las consideramos después «verdades absolutas». No podemos conocer las esencias primitivas con metáforas provisionales, no podemos aprehender lo vasto de lo desconocido.



La verdad como perspectiva

Por su parte, el filósofo español José Ortega y Gasset plantea su perspectivismo como teoría epistemológica que se basa en la concepción de la verdad como una interpretación de un sujeto particular.

Para este pensador, el punto de vista es esencial para que se dé el conocimiento; por ello, el sujeto no puede conocer

la realidad en su totalidad, solo conoce una parte. Además, nadie posee la verdad absoluta, solamente desde la perspectiva es posible conocer la verdad.

La variedad de perspectivas no es una negación de la verdad según Ortega y Gasset, pues cada perspectiva puede ser verdadera, solamente es falsa la perspectiva que se presume a sí misma como la única y válida.

No existen pues perspectivas privilegiadas en la filosofía, nadie sabe más que otro.

Desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo paisaje. Sin embargo, no ven lo mismo ¿tendría sentido que cada uno declarase falso el paisaje ajeno? Evidentemente, no; tan real es el uno como el otro. Pero tampoco tendría sentido que puestos de acuerdo, en vista de no coincidir sus paisajes, los juzgasen ilusorios. Esto supondría que hay un tercer paisaje auténtico, el cual no se halla sometido a las mismas condiciones que los otros dos. Ahora bien, ese paisaje arquetipo no existe ni puede existir. La realidad cósmica es tal, que solo puede ser vista bajo una determinada perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización. Una realidad que vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. "Ortega y Gasset. El tema de nuestro tiempo."

  

TAREA:

Responde:

1)    ¿Por qué para Ortega y Gasset la verdad es algo de vida o muerte?

2)    ¿Qué es la aletheia para los antiguos griegos?

3)    Explique qué es la verdad como correspondencia.

4)    Explica qué es la verdad como interpretación.

5)    Explica la teoría del perspectivismo de Ortega y Gasset.

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